Inicialmente partiría creando una página de subscriptores, los cuales se tendrían que dar de alta para recibir las ofertas que les haríamos de forma exclusiva dependiendo del perfil de cada persona dentro del target en el que este.
Después mediante redes sociales, intercambio de contenidos, foros, comunidades todas ellas encaminadas al Target dentro de la información de la “prensa rosa”. Donde partiríamos de un gran exclusivo descuento de un precio muy económico para nuestras primeras 100 subscriptoras. Por ejemplo, o alguna acción de marketing basada en los cupones donde puedan introducir un código y a través de programas de afiliación o apadrinamiento poder acceder a descuentos o servicios exclusivos.
También no podríamos olvidar una búsqueda de bases de datos con potenciales seguidores.
Una vez obtenida una base de datos optima, se procedería a la creación y diseño del e-mailing pensando siempre en la llamada a la acción, ser usables, y mantener el interés del internauta.
Por supuesto pensar muy bien los tiempos de envió (“timing”), y en qué momento se puede o no hacer. Dependiendo de múltiples variables es indicado hacerlo de una forma u otra. Existen innumerables teorías al respecto.
Pero la más verdadera de las pruebas de la aceptación que tiene nuestra campaña del e-mailing que acabamos de hacer es el seguimiento y monitorización de los resultados obtenidos para su posterior análisis (evaluando el ratio de apertura, ctr, ratio e conversión, viralidad y email rebotados).